miércoles, 4 de mayo de 2011

Hay secretos, que merecen ser desvelados

Éste es el secreto de un hombre enamorado de una mujer y que aprendió de Ella la forma de cambiar el mundo. Ella le mostró el valor de la libertad y él derribó los muros que levantaba el odio, aprendió de Ella que el amor no tiene barreras.

Le enseñó a creer a cada uno y él defendió los derechos de todos. Ella le enseñó que toda vida era digna y él proclamó que siempre había una razón para vivir, defendiendo la vida de ancianos, enfermos y no nacidos, levantando la voz contra la tiranía disfrazada de libertad, porque la voluntad de Ella era la PAZ.

Cuando era pequeño perdió a sus seres queridos, pero Ella siempre se mantuvo a su lado. Le enseñó a ser feliz haciendo feliz a los demás.

Ella quería corazones valientes y él nos dijo "NO TENGÁIS MIEDO". Buscó a todos los jóvenes del mundo y fuimos a verle a las ciudades donde nos llamó, y en Agosto le recordaremos en Madrid.

Defendió a la mujer y protegió a la familia, veía la verdad en los ojos de los niños y una vez vio la muerte desde muy cerca, pero Ella desvió la bala salvándole la vida y él puso el mundo en sus manos llevándola a los cinco continentes.
Ella le dio un corazón grande, y él perdonó a los que atentaron contra su vida.

En una mina aprendió a trabajar y en el teatro a soñar. Le encantaba el remo, la montaña y el esquí, pero tuvo que aprender a usar el bastón y la silla de ruedas, demostrando que se puede ser feliz en medio del dolor.

En su vejez no podía hablar, pero su rostro lo decía todo. Muchos querían que se retirase, pero Ella le pidió que siguiese hasta el final y él abrió las puertas del Tercer Milenio.
Creyó que todos podemos ser santos y lo demostró canonizando a miles.

Ella lloró por sus hijos y después de 2000 años él pidió perdón, Ella pedía más y él le regaló 50 nuevas esperanzas llenas de luz.
Visitó más de 120 países y en su último viaje fue a verla y a despedirle fueron millones de personas.

Ésta es el secreto de un hombre que aprendió de su madre a asumir con Cristo la Cruz, aprendió de Ella rezando el Rosario.
Éste fue el secreto de Juan Pablo II, éste es el secreto de un Santo.

Él confió en Ella y cambió el mundo.